Veranito, las rebajas y las siestas interminables

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Hola a todo el mundo.

Es lunes, es julio y es verano. Lo sé por el calendario, que si echas la patita fuera hace un fresquete que pela. De hecho hoy he salido de casa con chaqueta y todo. Y eso que yo soy bastante caluroso.

De todos modos esto del calor es como el IRPF. ¿Qué no? Pues ya veréis en septiembre cuando nos toque la devolución térmica y nos asemos todos preguntándonos porqué narices no habrá hecho esa temperatura en julio o agosto. Si llevamos un par de añitos así y, al ritmo que vamos, acabaremos celebrando la navidad en bermudas y bikinis. Tiempo al tiempo. De hecho en Portico y tiendas afines llevan años ensayando y cada vez ponen los artículos de navidad más cerca del verano. Este año toca a primeros de octubre, y a la que te descuides estamos cantando villancicos en las fiestas de San Roque (15 agosto, para los despistaos).

A mí este año me da un poquillo igual: Ya he disfrutado lo que tenía de vacaciones: 4 días. Sipi. Me he pegado una panzurrada de tiempo libre de las que hacen historia. Y he dormido mucho. Bueno, lo primero no, pero mereció la pena igualmente por lo segundo, que sí. Yo ya iba con intenciones de dormir algo más  de lo habitual que suele ser poco, por aquello de recargar las pilas y recuperar el sueño perdido durante estos seis meses del año… pero creo que algo hizo «clic» dentro de mí y se pasó un poco.

Para que os hagáis una idea, hubo un día que me levanté a eso de las dos y media de la tarde, comí, y cuando me disponía a hacer la cama… algo me atrapó desde la misma que, oye, tuve que tumbarme y, claro… dormí hasta las ocho. Después cené. Vi la tele y un par de capítulos de algo ¡¡y seguí durmiendo!! Por momentos pensé en convertirme en discípulo de @toayita (los que tengan twitter y la sigan ya saben de qué hablo). En fin.

Pero ahora, en este preciso momento… joer cuanto extraño mi cama.

El motivo de que solo tenga cuatro diícas de vacaciones es que ahora voy a dar soporte desplazado a otra fábrica y el contrato con mi empresa es del 1 de julio al 31 de diciembre, así que en cuanto se confirmó cogí todos los días que pude antes del día 1. Vamos, que cogí 4 días. Y en esas rondaduras ando ahora mismo. El caso es que mi «jefe» está totalmente desaparecido. Y yo ya no tengo tarea. Me he leido la documentación que me ha dado treinta y cinco millones de veces (por lo menos). Odio no tener nada que hacer.

Por lo que he podido ver, esta fábrica es muy similar a la otra (forman parte del mismo grupo empresarial) pero con mucho menos glamour. Aquí es todo igual pero menos: Todo es igual de blanco, pero menos blanco. Todo es igual de nuevo, pero menos nuevo –vamos viejo–. Todo es igual de organizado, pero menos. Y lo mas curioso: la fábrica está dividida en dos partes ¡¡con una carretera por el medio y medio!! así que como vayas despistado igual acabas debajo del camión de la basura.

En fin, ahora en serio. Me encanta «aterrizar» en sitios nuevos, aprender nuevas tareas y nuevas maneras de hacer las cosas. Aprender nuevas tecnologías (aunque sean viejas) y crecer profesionalmente… pero, pero… ¡¡ahora mismo no tengo nada que hacer!!

Vamos que me aburro.

 

Cambiando de tercio: ayer fui de rebajas.

Sí. Yo solo iba a mirar, pero al final acabé gastándome casi cien pavos. Bueno, realmente fueron ochenta y algo, pero como cada vez que lo cuento le subo cinco euros por eso de la inflación y tal, pues en cien leuros estamos.

Lo que me llamó la atención es que aquellos lugares son discotecas en potencia. Están llenos de gente a reventar, la música es chunda-chunda del malo y está a toda pastilla y la gente anda como loca apiñada una sobre la otra… y las chicas que trabajan allí están de buen ver. Vamos como una discoteca. No hay alcohol, pero igualmente hay gente enajenada que te fulmina con la mirada si osas poner tu zarpa encima de la prenda que desean.

En serio. Hubo un momento en que me agobié de veras. No me gustan nada los apelotonamientos de gente a mi alrededor. Necesito mi espacio vital, poder respirar y alguna vez hasta poder caminar. Por eso mi cerebro para esos temas se adaptó y es de ideas fijas: Localizar un Zara, entrar, ver, comprar, salir pitando. Pero cuando vas acompañao y tienes que entrar en las de tías, ya es otro rollo. En fin. El sufrimiento mereció la pena. Tengo ropa para todo el veranito, septiembre incluido.

Y vosotros qué tal ¿de vacaciones ya? ¿y de rebajas?

 

PD: Ya sé que el post es cortito, pero me estaba agobiando el hecho de no haber publicado nada ultimamente, así que ale. Conformaos hasta que escriba otro :))))

 

4 comentarios en “Veranito, las rebajas y las siestas interminables”

  1. En tu pueblo también se celebra San Roque?? :))

    Me ponen nerviosa las situaciones nuevas, por eso me cuesta buscar otro trabajo…me alegro de que te encuentres cómodo en tu nuevo puesto…y no sabes como te entiendo en cuanto a no tener qué hacer…es LO PEOR…no pasan las horas…

    Vacaciones? en agosto…rebajas? todavía no…

    Bss!!!

  2. Sipi.
    Es la fiesta «grande». En tiempos llegó a ser muy importante y había tres y cuatro días de fiesta por San Roque. ¡Hasta me dicen mis padres que llegó a ir Julio Iglesias!… (es que es un pueblucho pequerrechiño, y algo así es notición)

    A mi las situaciones nuevas no me ponen nervioso, es más, me gustan… lo que más me parte es cuando el trabajo se vuelve monótono… como en la oficina. Al menos dando soporte en la fábrica cada día es diferente 🙂

    Ten cuidado con las rebajas cuando vayas, que cuando te das cuenta zasca a la tarjeta y ya me meteré contigo vía Twitter cuando te vayas de vacaciones… por no perder la costumbre 🙂

    Un besote

  3. Solo a ti se te ocurre ir de rebajas cunado empiezan en verano. Yo siempre suelo esperar una semana o algo mas y despues ir a comprar entre semana, nunca en fin de semana.

    Es que como dices las aglomeraciones son de lo peor.

    Bueno, me voy a currar.

    Ya me queda menos para la vacaciones :=)

  4. Animo, que ya pronto puedes darte tu merecido descanso 🙂

    Pues lo cierto es que no fue algo planificado, fue sin más… y acabé como acabé, jejeje. Y si voy entre semana igual a mi jefe no le parece demasiado bien 🙂

    Abrazote.

    Xau xau

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